viernes, 1 de noviembre de 2013

tocarle el culo a los poetas



La poesía está indispuesta
No sufre de sangrados, no
No la aqueja ningún ciclo
Ni natural ni sobrenatural
Más bien sus arrendatarios, los poetas
Presentan indisposiciones varias



No es porque sean afectos a las copas
A las angustias
O al insomnio
Cosas que como todos saben
Forman esa sopa espesa
En la que de vez en cuando
Fermenta algún verso

Quiero decir
Indispuestos
Indisponibles
En sus altas casas
Celosos guardianes
De lo que hicieron templo

Como todos saben
Lo sagrado es asunto de los dioses
Consagrados los veo, cual sacerdotes
Al uso divino
A la ceremonia vacua
Donde beben té
Y mojan sus palabras
Como galletitas
En la tibia taza
En la tibia ronda
Donde ellos y sólo ellos
Se leen

A veces entro al círculo
Con los pies con barro
Con el traje poético
que me tira de un lado
o me sobra de otro
en suma, a medio hacer
Siempre a medio hacer

Profanando, así me siento, profanando

Hay que profanar
Dicen algunos
Abrir la posibilidad
Volver a disponer de las cosas
Tirar las palabras a la mesa
Ponerse a jugar
Transformar la poesía en juguete

Hay un contagio profano cuenta Benjamín
“un tocar que desencanta y restituye al uso
 lo que lo sagrado había separado y petrificado”

Hay que pasar y tocarles las palabras
Como quien les toca el culo
Y después salir corriendo
Ya está sucia
Esa palabra ya está sucia
Ya no es más sagrada
Esa palabra ya fue infectada


Que den su dulce
Que jueguen
O se jodan


De nuevo
La poesía se dispone

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