lunes, 28 de enero de 2013

material girl



nos transformábamos un rato en material girls. Llevé a la Dra Kaiten a un mundo extraño para ella: el de la moda. Me transformé en su asesora de vestuario. Curiosamente me hacía caso. Así lució el último tiempo atuendos un tanto extravagantes para ella.
Una campera de cuero roja. Una remera fucsia con estampado de calaveras blancas transparentes que tenían corazoncitos rosas en la cuenca vacía de los ojos. Con esa remera dudó. No será mucho, me dijo. No, no, es perfecta.
La Dra Kaiten había pasado a ser una tipa audaz en materia de vestuario. Y yo le alimentaba la audacia.
Sí era un proyecto material. Vestir ese cuerpo. Producirlo. Alejarlo del dolor por un rato. 
Nuestra tienda preferida:  “Komplot”. 

"...you know that we are living in a material world
and I am a material girl.."

Extraño ese mundo material. 
Vuelvo cada tanto a la tienda.
Es que la marca sigue rociando la ropa con el mismo perfume. Disimuladamente muevo la ropa colgada en los percheros como si estuviera mirando. Pero estoy oliendo.
Busco rastros de su materia. 
Complotada contra la anti-materia estoy
Es que vivimos en un mundo material.
living in a material world
living in a material world

domingo, 27 de enero de 2013

business


Si vas a comprar algo, hacé como que no te interesa, dicen.
Yo trato de ser negociante
Trato
Pero no me sale
Si algo me entusiasma  se me ríen los huesos
Me aparecen luces en los ojos
Digo si si con cada vértebra
Pago one millon dólar baby
Por un rayito de ilusión

sábado, 12 de enero de 2013

Destino Joven


Y todo por vivir adentro de un termo. Todo por no saber interpretar de qué habla un agente de viajes cuando dice “este lugar es un destino joven”. Me tendría que haber sonado mal, la unión de esas 2 palabras. Destino+joven. Nosotros que no tenemos problemas con los jóvenes, es más, nos gustan los jóvenes,  y que no creemos en el destino, y sí creemos en meter las patas al mar, obviamos esa frase compuesta y sólo pensamos en el mar.
Bueno, hay que saber leer. Las palabras no se unen porque sí, y menos en boca de un agente de viajes.
En fin. Fue como ir a Bariloche con un viaje de egresados sin haber egresado de nada. O a Disneylandia sin la coartada de tener 4 años. Fue mucho más que eso. Un destino desolador. Satánico. 
No por pasar 35 hs arriba de un micro infectado de adolescentes borrachos clase media acomodada escuchando cumbia y haciéndose los pibes chorros. No porque te infectaran la cabeza con conversaciones banales del tipo si está mejor ir al dentista o hacerse las lolas. No porque te busquen como testigos mudos de que todo les chupa un huevo salvo chupar joder dormir para luego volver a chupar joder dormir.
No íbamos en misión de la OMS declarando las archisabidas zonas de desastre futuras que deja un modelo, aclaro.
Ni estábamos ahí para decir qué mal chuparjoderdormirlacumbialaslolaslospibeschorrosserjovenclasemediaacomodadadaconaspiraciónaserunbuenprofesionalalgúndía...
Lo infernal fue cruzarnos con viajeros de la nada. Compartir un rato ese tour. Experimentar desde su mirada la vista a la nada. Es decir: no están en contra de nada, no quieren nada, no les importa nada que no sea lo que ya conocen. Quieren estrictamente eso. Son muy exigentes. Y eso les dan: nada. Embalada de diversión extrema.
Después de verlos escucharlos convivirlos dejándole claro a todo el mundo que se cagan en todo, haciéndose los transgresores con pelotudeces como no dejar dormir a nadie o patear las puertas o maltratar a los empleados del hostal, después de toda “la experiencia” verlos caer al abismo de su más pasmosa nada. Lo pudimos ver. Pudimos ver el salto al vacío desde su mayor expectativa clase media insatisfecha al hueco de su nada. Una caída sin fin. 
Cuando nuestro coordinador de viaje un poco atormentado y culposo por haber sido testigo de la trampa en que caímos, dijo: “espero que la hayan pasado bien a pesar de todo... Lo importante es hacer experiencias”... tuve ganas de decirle: no, man. Don´t cry for me. A vos te queda seguir armando paquetes. A mi me llevará unos días sacarme del cuerpo de los ojos de las orejas el ruido a nada. Yo vivo afuera de eso. Vos, en cambio, vivís ahí: Destino Joven. Ya sé a qué destino mandarte una postal. O un epitafio que diga: no somos nada