lunes, 7 de marzo de 2016

sobre si es posible atar a una mujer con la escritura

No sabía si alguna vez iba a volver a pasar.
Es que estuve mucho tiempo fuera.
Algunas cosas
algunos encuentros
me hicieron de remolque
me sacaron del pantano
y de ahí
al desierto   
caminando en círculos
inventando el día.

Nada de eso estuvo mal, nada
ni las noches dormidas sin sueño
ni las 4 comidas sin hambre
ni el sexo imprevisto, de apuro

Solamente es que no sabía
si iba a volver a pasar.
No sabía si iba a tener que acostumbrarme a ese andar
sin la letra enroscada al tobillo
sin el abrigo cálido de la lectura ascendente
que empieza como un fueguito inerme
dubitativo
hasta la llamarada
que lo consume todo.

Insisto:
no sabía
y tampoco quise armar una espera
lo dejé todo librado
espantosamente librado
a que fueran los pasos
el pie 
que cae en  la trampa
el grito frente  a la mordedura
silenciosa
insidiosa
insigne.

Ahora que  volvió el veneno
ahora que las horas cuentan por párrafo
ahora que los libros esperan
vuelvo a moverme
despacio
por todas las antesalas del mundo

Tengo tiempo
mucho tiempo
camino el día empapelada
lista para prenderme fuego

De nuevo ahí.

Hasta el amor
o la lectura.
Siempre.