martes, 5 de noviembre de 2013

una canción para su cielo




Dicen que un día antes de partir supo que era su hora.
Que ya estaba.
Que estaba cansado.
Que la echaba de menos.
Hay que saber resolver las partidas con alguna precisión.
Seguirán en su cielo con el infiernito de dos?
Quizá se querían.
Seguramente se quisieron.
Y se odiaron también.
Y la vida llevó y trajo mientras duró el trajín: los dichos de uno, el silencio de otro.
No son palabras las que llegan a la hora del fin.
Son gestos.
Gestos leves pero ciertos en su precisión.
Por eso decimos que irse un día después de la partida de ella entraña un gesto.
Un gesto es algo que alguien lee.
La muerte es un basural plagado de gestos inútiles.
Pero ciertos.

Va una melodía y un diamante para su cielo.

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