A contramano de todo, viene el coro de los merecedores. Está dicho, el problema de los pobres es que tienen la moral de los ricos,
pero sin tener un peso. Entonces cada puto logro, tienen que hay que andar justificando
si se lo merecen o no. “No, Juanita, vos, toda una vida de sacrificio, como no
te iba a llegar la jubilación de ama de casa, te lo merecés...”
Entonces, hay gente que cree que se merece las hectáreas
de campo que tiene, los autos importados y los 6 meses de vacaciones en
distintas partes del mundo
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