martes, 3 de abril de 2012

Si yo fuera Maradona, II


Siguiendo con las metáforas futboleras, me acordé lo que duele un pelotazo en la cara. Poco entrenada como estaba yo por culpa de mis hermanos varones y sus amigos-sí, esos seres con más pelos en las piernas que yo, que se creían que eran los únicos con capacidades diferentes y que podían hacer goles-

Bueno, decía, con el poco entrenamiento que me implicaba largas horas en el banco suplente, donde sólo podía pergeñar ensueños revanchistas y venganzas a futuro, alguna vez pasaba que alguien faltaba y entraba a la cancha.

Yo quería jugar todo lo que había visto. Así que no me iba a andar mariconeando justo cuando tenía que lucirme. Pura vanidad.

Una vez llegué a mi casa con la cara roja, marcadas las costuras del fútbol N° 5 en la mejilla. Iba a ser un cabezazo genial, gol asegurado.

Pero fué un pelotazo en la cara. Recién sola frente al espejo, largué el llanto. Cosas que pasan

No hay comentarios: