lunes, 2 de abril de 2012

Si yo fuera Maradona


Una sigue jugando porque qué otra cosa le queda sinó.
Están esos momentos del juego donde el referí para el partido y se dirige al lugar donde se cometió la falta. Interminables segundos en que se lleva la mano al bolsillo, agarra una tarjeta, y no sabés si va a ser roja o amarilla.
Suspendida por varias fechas. Torpeza innecesaria. Falta de habilidad.
Podría decir que es culpa de mis hermanos varones, que me tuvieron tanto tiempo en el banco suplente, y sólo me dejaban jugar de relleno, si faltaba algún descalabrado cuyo único mérito era tener más pelos en las piernas que yo.
Qué agregar.
Si yo fuera Maradona, viviría como él.
Así es Diego. La intensidad no tiene remedio.

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