Y así llegamos a la conclusión enooorme de que son una
garcha los duelos. Le imprimen a la cosa del amor una solemnidad
que el amor no tiene.
Dicho esto brindamos con te rojo y arrojamos tres monedas a la
fuente de la plaza por las dudas algún sentimiento oceánico nos salpique.
Pero
no.
Así que caminamos unas cuadras celebrando que ya las tardes son tibias y largas. Y
que nos tenemos de una forma casi estacional. Primavera verano otoño invierno.
Siempre
aparece alguna colección nueva que comentar. Adoramos los comentarios.
Ese margen
donde la vida es un relato.
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