Hoy me escribe una amiga. Responde una carta a varios. Es la
única que responde. Me cuenta sus circunstancias. Me dice: “ya no doy más”. Pero
me responde, al pie de la letra, mi solicitud.
La puta, digo, ya no da más, y sigue dando.
La puta, digo, ya no da más, y sigue dando.
Me recuerda a otra mujer, a la que recibo. De la cual, dadas sus circunstancias, me pregunto, ¿cómo hace?. Nunca se lo pregunto, sólo lo pienso.
Pero ella me responde. Me cuenta de una vez en que tuvo, por alguien, un amor INTENSO.
Mierda, pienso, no es qué nos dan.
Es que hay algunos que son, vaya a saber por qué, dadores
universales.
Esa sangre tan codiciada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario