lunes, 19 de mayo de 2014

el que come no está solo

Como todos los engendros el pobre Minotauro no escapa a un origen pasional y tormentoso.
Poseidón le regaló a Minos -hijo de Zeus rey de Creta- un hermoso toro. 
Para que lo sacrificara en su honor. Minos no lo honró. Ira de Poseidón. Sed de venganza.
Hace que Pasifae, esposa de Minos caiga en pasión con el bello animal.
Pasifae se desvela imaginando esa consumación.  
Hace que Dédalo le construya una vaca de madera. Hueca. Ella va dentro. Y logra así el apareamiento. De esta terrible unión nace Minotauro. Con una extrema debilidad y gusto por la carne humana.
Minotauro. Mitad hombre, mitad bestia.
Encerrado en un laberinto.
Solo.
Tal es la emoción cuando alguien lo visita. No sabe qué hacer. Y se lo come.
Nadie sabe qué hacer con las pasiones. 
Pero podemos decir:

El que come no está solo.

No hay comentarios: