viernes, 22 de junio de 2012

trenes, camiones, tractores, tranvías, carros




Está bien, podemos no entender mucho de nada.
Igual el deseo es algo que se experimenta, no algo que se construye.
Entonces, no seamos constructivistas en ese punto, aceptemos.
No todos los trenes nos dejan bien. No es cualquier parada. No hace falta ser maquinista para entender eso.
Seamos un poco pacientes: a la cuarta vez que le pifiamos, con un poco de empeño, aprendemos a discernir las coordenadas.
Los trenes, cuando funcionan, pasan.
Y cuando pasan, hay que subirse. 
Un tranvía llamado deseo.


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