martes, 8 de noviembre de 2011




Digamos que por una cuestión de economía no soy de andar abriendo mi corazón a cualquier transeúnte que pase por mi vida.
Sin embargo el cansancio del día y la noche de calor agobiante,vencen las resistencias del más pintado. Cómo llegamos allí, no lo sé, pero le terminé confesando a mi hijo -mientras comíamos helado en el patio y esperábamos que llegue la tormenta-, que estaba superada por algunas circunstancias. No tuvo mejor idea que señalarme que además había vuelto a fumar. Le dije que recordarme eso no era muy amable de su parte, en un momento así. Sin perder el humor, me dijo que todavía me quedaba el alcohol, si lo que necesitaba era olvidar. “O sexo con muchos hombres”. Aclaró que estas cosas las aprende de una de sus series televisivas favoritas: Two and a half men.
Me fui a dormir asombrada de la cantidad de ideas que ni se me ocurren en momentos así.


Sí, tengo que escuchar a mi hijo, y mirar más tv.

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