domingo, 9 de octubre de 2011

laaa..lalalalalalalá ..lalalá...





Sin la sutileza ni la estética del bolero de Ravel la noche avanza igual, al ritmo de la cumbia. Unos sentados en grupo, otros acodados en la barra, todos frente al desencanto de una noche que prometía. La noche siempre promete.
Un acercamiento en el plano hubiera mostrado los cuerpos que se tensan a fuerza de expectativa y alcohol, el rictus de deseo que se vuelve amargo en los que saben que una vez más no. Y lo saben con la certeza y precisión del puñal que desgarra la carne.
Porque lo saben beben y esperan hasta el final. Las vías del deseo no pocas veces terminan en un botellazo o un navajazo.


Quién dijo que todo está perdido.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Francamente a que lugares acude usted. Yo bebo solito en casa y así no corro peligro. Salud.

claudia huergo dijo...

reflejos, jedi, reflejos. Ese es todo el arte que hace falta para moverse por distintos lugares....:)

Pichon dijo...

hay que ver que peluquería le hará esos reflejos.

claudia huergo dijo...

Enclave estratégico en barrio Las Margaritas. Es todo lo que puedo revelar por el momento.