martes, 31 de mayo de 2011

I just made love: Descomponer la máquina capitalista




( ....o sobre cómo hacer el amor y escapar a las estadísticas)


Hace unos años ya salió publicada la siguiente noticia: “cómo tener sexo y contárselo al mundo” parece que todo ser en situación de cópula podría subir a internet la frase “recién hice el amor”-I just made love- y entrar así en una rara estadística que podría mostrar en que momento exacto….en distintos lugares del mundo…
La idea me impresionó.

que los internautas puedan marcar en un mapa del mundo dónde y cómo fue su encuentro íntimo. “El objetivo es que la gente se asombre viendo la magnitud de la actividad sexual que los rodea, silenciosa. Hasta el momento no había manera de mostrar cuánta gente alrededor del mundo estaba haciendo el amor en el mismo instante”, señala Ciec.”


Parece que el entusiasmo entra en toda una vía descriptiva…


Cliqueando el botón derecho del mouse, se elige el género, la orientación sexual y las posiciones sexuales. También el lugar donde hubo fuego –bajo techo, en un parque, en un auto o en un velero–, si se usó preservativo y si se perdió la virginidad.


…y estadística


Además, con tanta especificación, se arman estadísticas como que en el país el 45% se cuida y usa preservativos, cifra que desciende a un 37% en el caso de Rusia, o que cuando se copula, en el mundo, un 73,6% de las parejas lo hacen en un lugar cerrado, un 25,3% al aire libre y un 0,2%, afortunadas ellas, flotando en un crucerito


De golpe, toda la imprevisibilidad, toda la inutilidad de un acto amoroso, su irremediable y maravillosa evanescencia, contaría con una malla globalizada donde ser capturada, y contabilizada. (Ojo, no estoy diciendo que las marcas no cuenten. Todavía busco el árbol donde pusimos las iniciales después de ese primer beso: C y M. )


Pero esto me suena a otra cosa… ¿quizá sea muy paranoico decir “vienen por nuestros orgasmos”…?


Si cópulas es algo que hay que tener, pensé como siempre en mis amigos más desposeídos. En el lema desde el cual se identifican: “yo ya no seduzco, suplico”. Pensé en ocultarles la noticia, en escribir para ellos el diario de Irigoyen, uno que diga que las señoritas de ahora ya no son como las de antes, que están cada vez más esquivas, o más putas, o más lésbicas, o más místicas, y que esto vuelve imposible la cópula… Cualquier cosa con tal de preservarlos de la vergüenza y la ruina de tener que enfrentarse al espectáculo del gran orgasmo globalizado, y responder a las aplastantes estadísticas desde su nada, desde su más absoluta carencia.


En eso estaba, cuando alguien me hizo notar que el lema de mis amigos, es tan divertido como convocante. Que así es como han concitado el interés de mujeres esquivas, putas, lésbicas, místicas…. Todas ellas movilizadas a interiorizarse solidariamente frente al drama de los susodichos. Y que el grado de interiorización que logran con esas mujeres, es asombroso. Mi ocasional amiga dejó deslizar la sospecha incluso, si mi nivel de compromiso militante con la causa de estos desposeídos, no pasaría por una tal interiorización. (A veces, ante tamaña evidencia, sólo queda enmudecer).


Me retiré más aliviada, al menos de ahorrarme el enorme trabajo que me hubiera implicado llevar a cabo este mega-contra-proyecto para hacer fracasar la red mundial de captura y trata orgásmica, y salvar así a mis amigos de la vergüenza y el escarnio…tomarme semejante trabajo….¡sin advertir que en el lema-señuelo de mis amigos funcionaba a la perfección la potencia revolucionaria!


Pensé que había que multiplicar este tipo de dispositivos, para lo cual, encontré nulo apoyo en mis colegas de la Academia. Tampoco mis amigos se mostraron interesados en divulgar su estratagema, que sin duda redundaría en menos mujeres con deseo de interiorizarse, y con más deseo de profesionalización. De hecho, ellos, en su acto, des-profesionalizan la búsqueda y el encuentro.



Subvierten un orden.


Mi costado teorizante hizo que siguera buscando mentalmente experiencias que confirmen o contravengan mi hipótesis.


Llegó un ejemplo inverso. Pantaleón Pantoja, recibe el encargo de posibilitar el desahogo sexual a las Fuerzas Armadas del Perú, y organiza un servicio de visitadoras. Pantaleón y las visitadoras, se llama la novela de Vargas Llosa. Pantaleón es alguien obsesivo por el éxito organizativo de la empresa. Pero muy rápidamente el deseo empieza a ínterpenetrar los aspectos administrativos del asunto, poniendo en riesgo el proyecto original, el riesgo es que la máquina deseante avance demasiado sobre el engranaje de la de guerra y se la coma. En otras palabras, que un proyecto de ejercito devenga un hermoso quilombo (Esa sí sería otra captura, insidiosa, subversiva, expansiva, pensé ya entusiasmada, imbuida por el espíritu bélico de la anécdota) Esa infiltración, del deseo, comienza a pasar en el propio cuerpo de Pantaleón. Allí se libra la batalla.
También esto empieza pasando en el propio cuerpo literario de Vargas Llosa. Dice en el prólogo: “La historia está basada en un hecho real-un “servicio de visitadoras” organizado por el ejercito peruano para desahogar las ansias sexuales de las guarniciones amazónicas (…) Por increíble que parezca, pervertido como yo estaba por la teoría del compromiso en su versión sartreana, intenté al principio contar esa historia en serio. Descubrí que era imposible, que ella exigía la burla y la carcajada. Fue una experiencia liberadora, que me reveló-¡sólo entonces!- las posibilidades del juego y el humor en la literatura. A diferencia de mis libros anteriores, que me hicieron sudar tinta, escribí esta novela con facilidad, divirtiéndome mucho…


Un escritor interpenetrado, interiorizado también en los asuntos del deseo.


Pensado esto, me desentendí un poco del asunto, (lo que no implica abandonarlo), me junté a cenar con mis amigos desposeídos ahora devenidos camaradas revolucionarios, y celebré a las carcajadas la astucia de esta banda de rufianes, verdaderos piratas de ciudad, que vestidos bajo el disfraz de mendigos de amor roban besos y se hacen invitar tragos. Les agradecí el gesto de hacerme tropezar en su sutil trampa deseante, y quedar así transformada, en una clandestina militante de causas minoritarias, embarcada en el trabajo de hacer existir la vida, el amor y la conspiración, del otro lado de las estadísticas.


Como no pueden con su genio, vinos mediante, insistieron en que hay muchas partes de mi proyecto que sigue siendo oscuro para ellos, que entienden muy poco, que son gente ignorante, que nadie les presta atención, ni repara en ellos, que a veces tienen que suplicar horas para que alguien les dirija la palabra… me gustó comprobar una vez más que no les interesa la parte profesional del asunto. Y que no descansan nunca.


A todos ellos, mi reconocimiento

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ja...yo aparezco seis veces en seis paises al mismo tiempo...

claudia huergo dijo...

ud está inflando las estadísticas, jedi!!! todo el mundo cree que el planeta explota en orgasmos, y es ud haciendo ruido x todos lados!!!