domingo, 17 de abril de 2011

PRIMEROS AUXILIOS


Querida Doc:

Con su partida la salita de primeros auxilios para accidentes amorosos ha sido desmantelada. Si ya en aquella época el personal trabajaba a desgano, y las gasas y los algodones escaseaban, ni se imagina ahora. Mandé intimaciones, cartas documentos, pero no puedo seguir esperando a esos imberbes, por eso le escribo a pesar de saber de su viaje y sus múltiples ocupaciones en el más allá. Actualizo un poco la situación: la máquina si bien dejó de perder sangre sigue perdiendo aceite, y lágrimas. Recalienta en momentos inesperados. De modo que resolví hacerme un torniquete sola, y esto mejoró las cosas considerablemente. Sin embargo, esto es una solución transitoria. El que tiene que cerrar o abrir las compuertas, entendiendo que esas llaves no están de mi lado, simplemente entorna, dice no querer o no poder, a veces dice preferir no, y a veces dice ¿cómo se hace? ¡¡¡Y yo qué carajo se!!!!. Me impaciento mucho, porque el torniquete es apenas eso, un torniquete, y el plano quedó inclinado en su dirección y eso él lo sabe, y sin embargo, permanece allí quejándose de la ventisca, levantando actas y sanciones frente al tráfico de fluidos de una habitación a la otra, condenándome a ser una criatura de la noche que le salta a la yugular de vez en cuando. Si ud me pregunta, yo creo que los últimos accidentes radioactivos están generando toda una serie de mutaciones donde la gente cree que puede gozar del amor sin dar nada, es decir, sin perder nada. Tenemos ya una casta de ganadores amparados en las pasiones. Parece que las pasiones lo justifican todo...sin ir más lejos, mire lo que encuentro hojeando el registro de nuestro Libro de Guardia, donde quedaron asentadas entradas y salidas…. aquí, justo en la letra P, de Pasiones. Ese día yo no estaba de guardia, esta es su letra. Parece que entró una criatura gritando que querían hacerle tragar las pasiones como si fueran caviar ¿lo recuerda?


“En la sala de espera de un consultorio me encontré cara a cara con Facundo Arana mirándome intensamente desde la mesita de las revistas: “Soy apasionado”, decía el encabezado. Me recorrió el escalofrío de la desubicación. ¿Apasionado?, me pregunté y con eso abrí la puerta del desastre.El bicho muerto empezó a chillar en mi cabeza, ensordecedor, en el silencio de la sala inmaculada. “¡Imbéciles!, gritaba, ¡Imbéciles rematados!”. “Milenios de civilización trabajando para dominar las pasiones: ¡y los imbéciles pretenden ser apasionados!”. “A las pasiones hay que despedazarlas, molerlas bien molidas y hacerlas picadillo. Después las untás en el pan y recién ahí son comestibles”. “¡Y estos tipos me quieren hacer tragar su pasión como si fuera caviar! ¡Cómo si la pasión pudiera distinguir un buen vino, como si pudiera disfrutar de un acorde perfecto!”. “¡Basuras! ¡A la hoguera con todos ellos!”En ese momento la secretaria del dentista asomó la cabeza y repitió mi nombre. Me puse de pie estrujándome las manos. El bicho muerto me pone muy nerviosa. Me aterrorizó pensar en afrontar el torno sobre las muelas y sus chillidos entre los parietales al mismo tiempo. Así que mientras esperaba que la anestesia me hiciera efecto me empeñé en encontrar alguna idea capaz de tranquilizarlo.Justo a tiempo me vino a la cabeza un párrafo de Salman Rushdie. Al Moro le gustaba tanto hablar, disfrutaba tanto de una buena conversación, que a veces se veía abochornado ante sus interlocutores por una ostensible erección.Entonces el bicho muerto se rió y se calmó en el acto, completamente satisfecho”.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Trágico, una mujer que comienza a perder aceite puede considerar sus días contados...por otro lado sigo enfatizando que el amor o existe, es una ilusión.

claudia huergo dijo...

qué? ud también se cuida del colesterol? qué tiene de malo el aceite? ... me gusta el enfásis. El resto es pereza amorosa.

Unknown dijo...

No si el aceite no es malo, lo malo es que usted ande perdiéndolo nomás así. Hay que revisar los sellos. El colesterol me hace los mandados, es un invento de los doctores y las compañías farmacéuticas para sacarte dinero. Yo veo a los elefantes muy contentos, gorditos y sin preocuparse del colesterol.

claudia huergo dijo...

reviso, créame que estoy revisando la máquina. Tengo a todo un equipo abocado a eso. Ud incluído :)