sábado, 18 de diciembre de 2010

Le mandé una carta a él, donde le hablo de la llovizna.
Y también le escribí una carta a alguien lamentando la enfermedad de su gata, a quien conocí.
Y también estoy clasificando cartas.
Pensar que a veces la vida está contenida en unos pocos caracteres, dibujos.
A veces me doy cuenta que extraño a alguien que básicamente vivió en las letras. Y no me imagino viéndolo, sino escribiéndole.
Incluso cuando ella (la que uds todos saben, me falta hace tiempo) me visitó anoche durante el acto de fin de primaria de mi hijo –y son nuestros hijos, nacieron casi juntos- me la imaginé haciendo lo mismo que yo, emocionada en el fin de curso de su hija, emocionada y al mismo tiempo viendo la rasgadura que habita todas las cosas.
Pude pensar, desde su ausencia, que ella empezó a ser realmente mi amiga y mi propia alma cuando nos conocimos en las letras. Esa sensibilidad que se dibuja.

Qué hallazgo el de las letras.

(Ayer decía que los planetas empezaron a alinearse un poco, metros de cinta aisladora cayeron sobre los cables pelados, y hace un buen rato que empezó a descansar el mundo).

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