jueves, 30 de septiembre de 2010

amistades



Le iba a consultar con un diagnóstico hecho, es cierto. A los médicos no les gusta que uno ya sepa qué le pasa. Siempre quieren saber más que uno. Así que soporté el interrogatorio con resignación. Preguntas de rigor, supongo. Ahora, me sorprendió mucho una: ¿sos muy amiga del bidet? La cercanía con la zona afectada explicaba en parte la pregunta, pero…
¿¡¡sos muy amiga?!! El detectó mi sorpresa y agregó: por razones de higiene, claro. Ahí ya era el bochorno total. Tratamos de salir del apuro como pudimos. Espero que la indicación de 10 dias de antibióticos no sea el castigo por las malas amistades.

2 comentarios:

mario betteo barberis dijo...

Yo sin bidet soy un tipo que estoy de mal genio todo el día. Cada viaje a paises donde no se usa es un mal humor.Es un amigo. El papel solo... no me alcanza. Claro que mi anatomía no es la de una mujer. Ese médico, no sabe con quién se metió al preguntarle acerca de cuestiones de las prácticas y las costumbres!!

claudia huergo dijo...

ah, yo también creo que es algo necesario... pero no ando haciendo encuestas al respecto! Yo con los médicos trato de hablar lo menos posible. Son gente irascible, volubles en sus juicios, amigos de conocer los detalles de la vida ajena. Eso le tendría que haber contestado "¿y ud es muy amigo de los detalles de la vida ajena?" ppsst!