La cartelería de los baños públicos siempre es muy
indicativa. Me sorprendió encontrar uno en la duchas de la pileta del barrio que
rezara: “Por favor ducharse con la cortina cerrada”
A una que es un pescado pudoroso le cuesta imaginarse qué clase
de situaciones pueden dar lugar a semejante recomendación. Tiendo a pensar que la
gente exagera.
Sin embargo, cuando una vieja me abrió la cortina de la
ducha para preguntarme si me faltaba mucho, entendí.
Supongo que la vieja también entendió cuando reaccionó
del cross a la mandíbula. La ayudé a levantarse del piso y le señalé el cartel.
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