sábado, 15 de septiembre de 2012

nunca quise vivir esto: yo tampoco


Considerando la abundante literatura del corazón, prolífica en definiciones y recetas para no patinar (tanto) en el terreno del amor, me decidí a escribir algo sobre el hombre correcto.
Sí, ese que buscan las mujeres hasta debajo de las piedras. Ese hombre que te quiere, te respeta, el que haría cualquier cosa por vos, ese que nunca te engañaría
Considerando la basta experiencia en hombres correctos de mis congéneres, puedo decir que sólo falta esperar al hijo de puta de tu vida. Sí. Lo digo bien. Si ya te tocó ser curtida de todas las maneras posibles por el hombre correcto, vayamos por el mundo de sensaciones nuevas que te depara el llamado hijo de puta. Creo, amigas mías, que la insondable imaginación femenina da para todo. Incluso para crear un ser mitológico a la altura de las desventuras cotidianas, donde nada, pero nada, constituye garantía alguna. Amigas mías, si quieren garantías, compren un lote en el cementerio parque.
(Esto lo podría haber dicho Tita Merello, si cerca del final no hubiera dejado de cantar "los que dicen que soy chueca no me han visto en camisón" en lugar de ocuparse tanto por las campañas a favor del  papanicolau)

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