jueves, 3 de febrero de 2011

modestia aparte


Estos días de ayuno y constricción han ido dejando en mí algunas impresiones (cosas impresas)
Si bien tiendo a la ambición y la desmesura con bastante facilidad, (sobre todo cuando encuentro un co-equiper con similares desviaciones), en realidad disfruto mucho de la cosas modestas. Una modesta ida al cine, un modesto paseo por la feria, una modesta charla sobre psicoanálisis, literatura, cine, política, una modesta correspondencia, un modesto viaje cada tanto, una modesta encamada -bueno, en este terreno se permite exagerar un poco-


Foucault hablaba sobre la amistad como modo de vida: del deseo, de la inquietud de la proximidad al otro "al desnudo" fuera de las relaciones institucionales, de familia, de profesión, de camaradería obligada. Cómo es posible para los hombres estar juntos? ¿Vivir juntos, compartir sus tiempos, sus comidas, sus habitaciones, sus libertades, sus penas, su saber, sus confidencias?
El entrevistador le pregunta:
- ¿Se puede decir que la relación al deseo, al placer y a la relación que uno puede tener sea dependiente de su edad?
- Sí, muy profundamente. Entre un hombre y una mujer más joven, la institución facilita las diferencias de edad, las acepta y la hace funcionar. Dos hombres de edad notablemente diferente, ¿qué código tendrían para comunicarse? Están uno frente a otro sin armas, sin palabras convenidas, sin nada que los asegure sobre el sentido del movimiento que los lleva a uno hacia el otro. Tienen que inventar desde la A a la Z una relación aún sin forma que es la amistad: es decir la suma de todas las cosas a través de las cuáles uno y otro pueden darse placer.

Sé lo que me van a decir: Foucault no era alguien modesto. Es cierto. He conocido pocas personas más ambiciosas que él. Sin embargo, creo que practica un tipo de modestia. De llamado al límite y a la expansión.

A esta altura, no es una novedad para nadie: soy una mujer. He dado sobradas muestras en mi perfil de tener todo lo necesario: manos, pies.


El rodeo de devenir hombre me sería muy trabajoso. El de devenir homosexual, otro tanto. Prefiero la vía directa de la amistad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, una 'trasmisión de pensamiento' vale más que mil palabras deletreadas.
La Zona se visita en sueños, despojados, sin paracaídas.

Firma: Rimbombante.

claudia huergo dijo...

Por sus referencias,Rimbombante, veo que viene de La Zona, La Ciudad? es que en sueños nos cruzamos con Cortazar, ese gran pararrayos de locos? Se agradece la visita!

Unknown dijo...

Hoy me llegó un e-mail que me invitaba a perder la identidad. ¿A quién se le atreve hoy en día a hacer tal tipo de invitación? La pregunta no se dirige a buscar una persona, un responsable, un “inventor de pérdidas de identidades”.

En este “hoy en día” es posible rastrear sedimentaciones de efectos que históricamente se han venido desplegando. En este hoy es posible –y para algunos no deseable- sentirse súbdito del apriete institucional (por no encontrar otra palabra). Institución que ocupa todo el espacio y que genera un nuevo apriete. Apretado a mi mismo. Súbdito de otros y súbdito de mi mismo. Aunque la jaula ocupe todo el espacio seguirá siendo una jaula según el poeta.

Si se escribe para perder el rostro, si no se fabrica el pan para panaderos, cómo no aceptar tal invitación.



Mike, exactamente después de los 18 meses.

claudia huergo dijo...

mike, cuidado con esas invitaciones, hay mucho SPAM dando vueltas.
Me gusta su actitud. Si hasta el mono silvio sacude de vez en cuando los barrotes de la jaula...
Me mató con lo de los 18 meses...¿dos embarazos?

Unknown dijo...

Es cierto lo del mono silvio...jajaja. Lo de los dieciocho meses no viene por lo del embarazo. Ya nos juntaremos a aclararnos.
Me alegró y me alegra mucho la invitación. Como siempre: de placeres se trata poder leerla.

claudia huergo dijo...

bueno, mike, me alegra saber que ya le dí placer antes...ejem. Los monstruos cibernéticos apenas tenemos memoria ram. Pero si ud lo dice, le creo. :)