miércoles, 22 de octubre de 2008

a las barricadas


Ese día llegó descontrolada, furibunda. Casi no alcancé a cerrar la puerta, ni a saludarla, que me espetó: decime, a vos te parece que yo soy impenetrable?
Su pregunta no admitía rodeos, escansiones, semblanteadas de ningún tipo. Y mucho menos silencio. Era una pregunta urgente.
Depende por dónde te quieran penetrar….me escuché contestándole, y casi enrojeciendo al mismo tiempo que ella por una ocurrencia así, tan…tan…cómo voy a decir eso!.
Ni bien me repuse del enrojecimiento, empecé a revisar mentalmente cómo podía seguir el tema. Lamenté mi poco interés por estar al tanto de las últimas perversiones descubiertas. Me tranquilicé de la mano de un razonamiento simple: ¿qué tantos orificios de entrada hay? Iba repasando mentalmente: boca, ano, vagina….Nada podía asombrarme demasiado. Mientras, por una curiosa metamorfosis, ella pasaba del enrojecimiento a la lágrimas, y de las lágrimas a relatos entrecortados y superpuestos de situaciones, cómo decirlo, bastante triviales, nada extraordinario. Sin embargo, cierta densidad quedaba flotando entre uno y otro relato. Escuché un largo rato, hasta que la inquietud se empezó a apoderar de mí. Desde su madre, pasando por el kiosquero, hasta su jefe, todos tenían al parecer “observaciones” sobre ella, que recaían sobre sus gestos, sus movimientos, hasta la forma de cortar las palabras parecían ser de interés. La sensación que transmitía era contundente: esa mirada la seguía todo el tiempo. No la dejaba.
Ya consustanciada con el problema, le dije que sólo quedaba una cosa sensata por hacer: construir barricadas. Trabajamos en silencio hasta entrada la noche. En un momento de respiro, y como disculpándose por su cansancio, me pregunta…. es tan grave?
Sí, boluda… no ves que te quieren entrar por la subjetividad

6 comentarios:

Anónimo dijo...

el término barricada me mueve hacia territorios de ataque y defensa. estrategias de la guerra, no obstante en ciertas artes marciales se aprovecha el impulso atacante del enemigo y en vez de enfrentarlo se le toca en el codo y por propio impulso pasa de largo. Si de algo sirve.....

claudia huergo dijo...

ud. lo ha dicho anónimo. estamos en guerra. en una mala guerra que todo el mundo disimula. la peor.y vamos a necesitar todas las artes, no crea. todo sirve. mande lo que tenga

Anónimo dijo...

No creo que se pueda disimular la muerte. En Colombia, ya llegan a 500 las denuncias de jovenes pobres desparecidos. Bajas en combate, los llama el ejercito colombiano. El rescate de la Betancurt sonó a puesta en escena pero no alcanzó a limpiar la sangre.La guerra que todos quieren disimular está en los planes del poder. 8 millones de pobres dicen que sobran en la Argentina.(agrupación cóndor)

claudia huergo dijo...

gente es lo que sobra no.

Anónimo dijo...

Humor es lo que falta ¿Quién dijo?,del negro sobra. A veces me sale la ironía pero no sé que color tiene. creo que tiene gusto,ácido.

claudia huergo dijo...

perdonemé. estoy en esos días