lunes, 27 de octubre de 2008

contingencias


Todo anunciaba una inminente tormenta. El campo de locura se extendía sobre mí. Pero no terminaba de rodearme, como si algo de esa locura decidiera hacerme un testigo de lo que seguiría. De a poco, su entorno se iba cargando de suspicacia y recelo, sus relaciones y dominios laborales eran guisos en ebullición donde se cocinaba todos los días lo mismo: porque no te quieren. Esa, inexorablemente era la respuesta que le llegaba desde los cuatro costados.

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Finalmente el acoso comenzó. Tenue. Halagos indirectos, intento de quedarse más de la hora. Yo tomaba nota y trataba de anticipar el momento. Qué decir cuando me lo pregunte. Que palabras elegir. De repente, ya era parte de su telaraña. Actuaba y pensaba su pensamiento. Cada día me parecía que ese era el día. Después de amargos reclamos y lágrimas en los ojos él se daba cuenta que yo nunca lo amaría. Pero que no sería tan cruel, conociendo su historia, de no responderle esa pregunta. Por qué.
-Porque no me pasó!!!. No me pasó enamorarme de vos. ¿a vos nunca te pasó? Que algo que podría pasar, no pasa. Y entonces qué. No me pasó. Así como me podría haber pasado, no me pasó.
Quedé exhausta como después de un gran parlamento. Me recliné hacia atrás esperando la bofetada. Pero no llegó. Curiosamente mi respuesta lo aplacó mucho, su rostro se puso distendido, pacífico, y me despidió agradecido, con un abrazo fraternal. Después de eso no lo volví a ver

4 comentarios:

Anónimo dijo...

si no pasa no pasa,eso de la locura del enamoramiento. Un poquito de psicosis, al comienzo, no viene mal, después pasa y añoramos. Le llamamos misterio a esto del porqué pasa con unos y no pasa con otros, pero que pasa pasa.

Anónimo dijo...

Fíje que lindo lo dice Pascal Quignard:
"Mi vida, si hubieses dependido de la felicidad y del reconocimento, hubiera estado privada de los unicos valores que yo le concedia: la imprevisibilidad de los días, la violencia del alma, los deseos que se mantienen apartados del mundo, el estremecimiento del lenguaje silencioso, la independencia feroz, una zona más celosa, más susceptible y más inaccesible aún que la libertad."

claudia huergo dijo...

es lo que yo digo. si no pasa no pasa.

caladita: qué delicadeza acercarme ese párrafo en estos dias violentos

Anónimo dijo...

dicen que después de la tormenta sale el sol. y la verdad es que yo veo el cielo mas azul y siento el aire más despejado despues de una tormenta fuerte.
la abrazo!