sábado, 26 de noviembre de 2016
When God came down to earth, he could not deal with the gypsies
Una gitana, gitana. De las que se roban bebes, joyas de la abuela. De las que leen las líneas de la mano. Las que escupen y lanzan maldiciones que te persiguen por 3 generaciones. Esas.
Y yo ahí, indefensa, en la playa, tirada en la arena, semidormida, con toda la mochila desparramada. Solo quería venderme un llavero, según ella. Un llavero con un ojo de la suerte. O a lo sumo pedirme un cigarrillo. O una moneda. O algo.
Yo dije no, y cerré fuerte los ojos. El único gesto que podía ponerme a salvo: dormir.
En mi familia, se dormía la siesta bajo amenaza.
Un día las gitanas te encontrarán, decía mi abuela. Te sacarán un ojo, y te venderán a un circo.
Duerme niña.
Duerme.
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