Abandonar un brazo. Buscar donde quedó el otro. Traerlo.
El peso de una pierna que se cae y arrastra a la otra.
Un oleaje difuso empuja al cuerpo como una barca hasta la orilla del sueño.
Así son los naufragios.
El placer después del placer.
1 comentario:
Se me presenta la frase de Nietzsche “lo que no te mata, te fortalece”.
Pero en este caso, no sólo se trata del después (del posterior crecimiento),
sino del aquí y ahora, del mismísimo naufragio.
Hace un tiempo que la leo, Licenciada.
Una persona – que usted conoce – me dijo que este blog era buena medicina.
Estaba en lo cierto.
E
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