Probamos su teoría en distintos terrenos: horas pico del microcentro, calles cortadas por manifestaciones, ferias de alimentos orgánicos abarrotadas los sábados. Y funciona, tengo que reconocer que funciona.
Es absurdo pensar que se pueda tener un don así, aunque reconozco que es bastante práctico.
Igual, si es un don, el que me lo diò, se debe estar cagando de risa. Algún dios burlón me está haciendo gastar la suerte en pelotudeces.
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