Cuando viajo por la montaña y hay mucho tráfico se pueden
ver las filas de autos como hormigas subiendo o bajando según vayan o vengan.
Pero si suprimimos el “o”…”o” y dejamos la conjunción “Y” se me viene el texto de Deleuze, Mil Mesetas. En esta conjunción
-dice- hay fuerza suficiente para sacudir
y de-senraizar el verbo ser. ¿A dónde vais? ¿De dónde partís? ¿A dónde queréis
llegar? Todas estas preguntas son inútiles.
Hacer tabla rasa, partir o
repartir de cero,
buscar un principio o un fundamento, implican una falsa concepción del viaje y del
movimiento. Él, que conoce mucha
gente, dice que hay otra manera de viajar y de moverse, partir en medio de, por el medio,
entrar y salir,
no empezar ni acabar.
El medio no es una media, -dice- sino, al contrario, el sitio por el que
las cosas adquieren velocidad.
Hoy jugamos carreritas con la tormenta. Y llegamos juntas.