Mi madre fue una coleccionista como lo define Walter Benjamín. El coleccionista es el verdadero habitante del interior. El que hace del ensalzamiento de las cosas algo suyo. El que sueña con un mundo en el que los hombres tampoco disponen de lo que necesitan, como en el mundo cotidiano, pero en el que las cosas quedan libres de la servidumbre de tener que ser útiles.
Y sí. Llegó el día en que tuvimos que liberar a ese pequeño ejército de miniaturas en cerámica esmaltada que atesoraba mi madre. Damas antiguas con sus miriñaques. Angelitos panzones. Perros y gatos con moños. Canastitas con frutas y flores. Cisnes. Bailarinas con tutú.
A mi madre le hubiera importado un pepino saberse discípula de León Deubel cuando afirmaba: Yo creo en mi alma…en la Cosa. Por eso nunca se lo dije.
2 comentarios:
tenes que ver una película que se llama "la seguridad de los objetos".
el pepino tiene muy mala prensa hoy en día
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