A veces algo se cae, se escucha crash. Por unos segundos el mundo se
queda quieto (suspendido) esperando ver (o escuchar) qué fue.
Todos los días
barro mi espera y miro con detenimiento entre los restos. Ah, son ideales, me
digo.
Por cada ideal que cae nace un punto de esperanza. Un punto
de ilusión florece. Qué bien, me digo, qué bien. Se perfila un jardín. Y brilla (brilla, lo juro) una
sonrisa sin gato. El tiempo vuelve a correr en distintas direcciones,
preferentemente hacia adelante.
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